Reflexión 17 - La Presencia de Dios
Algunos se preguntarán ¿que es la presencia de Dios? La respuesta es simple es estar conectado con él y buscar su rostro. Para acercarse a su presencia es importante la adoración (ver Reflexión 10). Debes tener un corazón dispuesto a buscarle y así llegar a experimentar su presencia divina llena de alegría, gozo, paz y amor.
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. Salmo 16:11
Su palabra es clara en expresar que por medio de su presencia te gozarás para siempre y te mostrará el camino en el que debes andar. Esto es promesa de Dios para nosotros.
En mi crecimiento con Dios he podido experimentar su presencia de diferentes formas, pero principalmente por medio de la adoración. No hay palabras que puedan describir lo que es sentir la presencia de Dios. Simplemente es un mover del Espíritu Santo en tu vida. Es un privilegio que él nos da y nosotros decidimos si queremos entrar en su presencia y dejar que se manifieste en nosotros.
Conozco personas que aceptan a Dios como su Salvador, pero no permiten que él se manifieste en su vida. Es como si hubiera una pared frente a ellos que no los permite pasar al próximo nivel. Es lamentable cuando esto ocurre, porque verdaderamente Dios quiere que todos experimentemos su presencia.
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. Salmo 16:11
Su palabra es clara en expresar que por medio de su presencia te gozarás para siempre y te mostrará el camino en el que debes andar. Esto es promesa de Dios para nosotros.
En mi crecimiento con Dios he podido experimentar su presencia de diferentes formas, pero principalmente por medio de la adoración. No hay palabras que puedan describir lo que es sentir la presencia de Dios. Simplemente es un mover del Espíritu Santo en tu vida. Es un privilegio que él nos da y nosotros decidimos si queremos entrar en su presencia y dejar que se manifieste en nosotros.
Conozco personas que aceptan a Dios como su Salvador, pero no permiten que él se manifieste en su vida. Es como si hubiera una pared frente a ellos que no los permite pasar al próximo nivel. Es lamentable cuando esto ocurre, porque verdaderamente Dios quiere que todos experimentemos su presencia.
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