Dos seres extraordinarios

El pasado martes, 12 de junio de 2018, tuve el privilegio de escuchar y revivir una gran historia llena de dolor, esperanza, incertidumbre, tristeza y amor. Desde que conocí a la mujer que se sentó a mi lado pude recibir su buena energía. Conectamos muy rápido y comenzamos a hablar sobre nosotras. Sabía que aquella mujer rubia de ojos grandes y sonrisa humilde tenía algo que contar. Y más aun estando junto a su hermosa hija de 21 años quien la acompañaba. Ambas deslumbraban en aquel lugar. Mientras conversamos me doy cuenta que esta mujer era la oradora principal de la actividad. Sus nervios y el miedo se querían apoderar de ella. Fue en ese momento cuando le dije solo ~fluye~ Ella me sonrió y lo recibió se lleno de fuerzas junto al sentido de responsabilidad por lo que iba a compartir. Y no era para menos si estaba a punto de revivir uno de los momentos más difíciles de su vida. Se puso de pie y firmemente camino al podio que la esperaba junto a más de una docenas de ojos que se detuvieron para verla. Allí estaba Leslie la madre de Cristina contando su experiencia cuando un día le dijeron "tu hija tiene cáncer". Esas palabras que ninguna madre desearía escuchar, pero a cualquiera le podría tocar. Leslie nos relataba de forma resumida cada momento que la llevo a ser más valiente, fuerte y perseverante. Podía apreciar como una madre se empodero de la situación y no permitió que las emociones la consumieran. A pesar de las muchas lágrimas que había derramado y que a su vez mientras pronunciaba cada palabra su hija muy orgullosa les daba vida. Esa joven que a sus dieciséis años vivió un momento duro, sin embargo, allí estaba feliz y agradecida por la oportunidad de vivir. Y presenciar como su mama revivía ese doloroso momento con mucho amor.

Y allí sentada pude retomar fuerzas para continuar mi caminar en esta vida. A pesar de que estaba amanecida por atender a mi bebé y me sentía cansada estuve en ese lugar con un propósito maravilloso. Conocer a dos seres extraordinarios que me motivaron a perseverar porque siempre hay alguien que ha pasado o está pasando por algo más difícil que uno mismo. 

 
Gracias Cristina y Leslie!



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